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En su samba de la casa de acogida de Anidan en Kenia, ha llegado la temporada de lluvias y con ella la recogida de los mangos. Una tarea fonambulista que consiste en trepar varios metros a los arboles, reconocer los que están listos y arrancarlos si es el momento. 

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Debajo de cada árbol, los niños ayudan recogiendo en el aire los mangos que están aptos  evitando que caigan al suelo. Algunos de ellos van directos a sus estómagos, otros los almacenan para los siguientes días.  

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Para saber más sobre el proyecto y sus niños: anidan.org

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